MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
El 90% de los facultativos se automedica cuando están enfermos en procesos banales y la mitad no conoce a su médico de familia, según el informe ‘Enfermar es humano: cuando el paciente es el médico’ presentado este miércoles por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom).
Durante su presentación, la vicepresidenta segunda del Cgcom, la doctora Manuela García, explicó que «este informe es un trabajo de investigación que ha dado como resultado tres tesis doctorales. En el informe se ha analizado y descrito el proceso de enfermar de los médicos en sus diferentes etapas profesionales para realizar propuestas concretas para mejorar la atención del médico como paciente».
Por ello, subrayó que «cuando los médicos enferman tienen dificultad para verse como pacientes. Normalmente acuden a un compañero, se automedican ante los primeros síntomas, las consultas se hacen en los pasillos del lugar de trabajo e incluso hacen un mal seguimiento si tienen un proceso patológico».
‘Enfermar es humano: cuando el paciente es el médico’ es un proyecto del Grupo de Investigación en Bioética de Aragón (GIBA-IIS Aragón), en colaboración con la Fundación para la Protección Social (Fpsomc).
En cuanto a este informe, la doctora María Pilar Astier, del equipo de investigación, señaló que se elaboró un conjunto de entrevistas a profesionales médicos enfermos en sus diferentes etapas de su vida profesional como estudiantes, residentes, médicos activos y jubilados.
MÉDICOS ACTIVOS
El cuestionario se envió a todos los profesionales colegiados en todos los colegios profesionales de España y que fue contestado por 4.308 médicos. En cuanto a los médicos activos, la doctora Bárbara Marco, destacó que en cuanto a la automedicación, el 90% de los profesionales se automedican en procesos banales de salud y cuando estos procesos revisten una gravedad, el 60% recurre a otro colega de profesión y lo hacen de manera informal mediante consultas en los pasillos, sin abrir historia clínica electrónica o sin realizar ninguna exploración.
Por lo tanto, «la asistencia a salud laboral es anecdótica. Además, hasta el 50% de los médicos varones en activo no conocen a su médico de familia», señaló la experta.
Respecto a la confidencialidad, «hemos comprobado que para nosotros mismos tenemos menos cuidado a la hora de comentar sin mala intención enfermedades de otros compañeros».
Asimismo, el 90% de los médicos acuden a su trabajo enfermos cuando ellos mismos darían una baja a un paciente. Las razones por las que estos facultativos trabajan enfermos son por miedo a colapsar o sobrecargar de trabajo al resto del equipo, sensación de responsabilidad hacia los pacientes y al coger una baja laboral se transmite a los estudiantes y residentes la sensación de que la enfermedad nos hace débiles.
PERSPECTIVA DE GÉNERO
En relación a la perspectiva de género, la doctora Inés Sebastián, también del equipo de investigación del informe, aseguró que en los varones hay una mayor frecuencia de enfermedad cardiovascular mientras que hay una alta prevalencia de trastornos ansiosos en las mujeres que supera tanto a los hombres como a la población general.
En cuanto a la automedicación en procesos graves, «los hombres acuden a sus colegas de profesión mientras que las mujeres tienden a ir a su médico de familia. Del mismo modo, las mujeres van a trabajar estando enfermas para no sobrecargar a sus compañeros, mientras que ellos lo hacen por sus pacientes», puntualizó.
Respecto a los estudiantes de Medicina, la doctora Alba Gallego indicó que este colectivo «asume una autoexigencia por cumplir su responsabilidad a lo largo de la carrera. El consumo de estimulantes y sustancias para aumentar el rendimiento académico como corticoides es algo normal en el día a día de estos universitarios. Del mismo modo, priorizan horas de estudio a hábitos saludables».
El 26,4% de los estudiantes de Medicina no conoce a su médico de familia y el 19,4% no tiene médico de familia asignado en el lugar donde se estudia. «Esto conlleva a que recurran a profesores o a otros residentes».
RESIDENTES Y JUBILADOS
Respecto a los residentes, la doctora Candela Pérez señaló que «tienen trastornos de ansiedad y depresivos mayores que otros médicos y respecto a la población general. En cuanto a psicofármacos, hasta un 20% de los residentes se automedica con ansiolíticos e hipnóticos sin ninguna consulta y valoración».
Según el informe, hasta un 70% de este colectivo acude al trabajo estando enfermo. Además, tienen mucho miedo a perder formación y preocupados por no cargar de trabajo a sus compañeros, así como por la pérdida económica que supone no hacer guardias».
Por último, el doctor Óscar Urbano destacó que «los médicos jubilados cuando enferman acuden a sus compañeros de profesión en sus anteriores centros de trabajo y, muchas veces, se encuentran con que también están jubilados, por lo que deberían conocer a su médico de familia para acceder al sistema sanitario».