– Un 60% de los enfermeros encuestados han sido agredidos en el trabajo y no recibieron ningún apoyo de su empresa
MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
Una reciente macroencuesta del Sindicato de Enfermería (Satse) señaló que 6 de cada 10 enfermeras y enfermeros que fueron agredidos durante su trabajo no recibieron ningún tipo de apoyo por parte de la administración pública o empresa privada sanitario para la que trabajaban.
La encuesta fue realizada a un total de 7.359 enfermeras y enfermeros de todas las comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, para hacer una «radiografía» actualizada sobre el grave problema de la violencia en el ámbito sanitario que se sufre en el conjunto del Estado.
El estudio determinó que las administraciones públicas y empresas sanitarias privadas no desarrollaron ninguna actuación o medida de apoyo al profesional agredido, ya sea física o verbalmente, en más de la mitad de los casos. Un porcentaje que se «desploma» hasta el 3,15% si hablamos de ayuda psicológica especializada.
Asimismo, el 72,21% de los consultados afirmó no tener la información y formación necesaria para afrontar una agresión en su desempeño laboral y cerca del 60% considera que su centro de trabajo no dispone de los medios y medidas necesarias para evitar los episodios de violencia hacia los profesionales. Desde el sindicato también preguntaron a los encuestados si creen que su empresa apoya de manera eficaz a los profesionales agredidos, el 42,57% respondió de manera negativa.
Desde Satse recordaron que, según esta encuesta, el 80,3% de los enfermeros y enfermeras consultados han sufrido alguna agresión, ya sea física (empujones, retenciones involuntarias, puñetazos) o verbal (amenazas, vejaciones, insultos) a lo largo de su vida laboral por parte de pacientes y/o familiares, y cerca de la mitad lo ha sido hasta en cinco ocasiones.
Los datos obtenidos de parte de los profesionales sanitarios suspenden directamente la falta de protección por parte de las administraciones públicas ante las agresiones. Esta falta de confianza provoca que más de la mitad de los agredidos no denuncie lo sucedido, además los encuestados confesaron que notificar el episodio de violencia sufrido no sirve para nada.
