¿Cómo se quitan las adherencias en el útero?
Las adherencias uterinas, también conocidas como sinequias, son bandas de tejido cicatricial que se forman dentro del útero y pueden causar problemas de fertilidad o menstruación irregular. La principal técnica para eliminar estas adherencias es la histeroscopia quirúrgica, un procedimiento mínimamente invasivo que permite al médico visualizar el interior del útero y cortar las adherencias con precisión.
Durante la histeroscopia, se introduce un histeroscopio a través del cuello uterino, lo que evita incisiones externas. Esta técnica no solo permite la eliminación directa de las adherencias, sino que también facilita evaluar el estado del endometrio para mejorar las posibilidades de recuperación y fertilidad.
Otras opciones y cuidados posteriores
- Tratamiento hormonal: Tras la histeroscopia, a menudo se prescribe terapia hormonal para estimular la regeneración del endometrio y prevenir la formación de nuevas adherencias.
- Uso de dispositivos intrauterinos: En algunos casos, se colocan dispositivos temporales dentro del útero para mantener las paredes separadas y evitar que se formen nuevas adherencias.
- Seguimiento médico: Es fundamental realizar controles posteriores para asegurar que las adherencias no reaparezcan y que el útero recupere su funcionalidad adecuada.
¿Qué pasa si tengo adherencias en el útero?
Las adherencias en el útero, también conocidas como sinequias uterinas, son bandas de tejido cicatricial que pueden formarse dentro de la cavidad uterina. Estas adherencias pueden afectar la forma y funcionalidad del útero, lo que puede tener diversas consecuencias para la salud reproductiva de la mujer.
Una de las principales complicaciones de tener adherencias uterinas es la dificultad para quedar embarazada o un aumento en el riesgo de abortos espontáneos. Esto ocurre porque las adherencias pueden interferir con la implantación del embrión o alterar el revestimiento endometrial, dificultando que el embarazo se desarrolle adecuadamente.
Además, las adherencias en el útero pueden causar síntomas como dolor pélvico, ciclos menstruales irregulares o la ausencia de menstruación (amenorrea). La severidad de estos síntomas varía según la extensión y localización de las adherencias.
Posibles efectos de las adherencias uterinas
- Infertilidad o problemas para concebir
- Abortos espontáneos recurrentes
- Alteraciones menstruales, como sangrado escaso o ausencia de menstruación
- Dolor pélvico crónico
¿Qué es la adherencia al útero?
La adherencia al útero es una condición médica en la que tejidos o estructuras se unen anormalmente a la superficie del útero. Estas adherencias pueden formarse como resultado de procesos inflamatorios, cirugías previas, infecciones o traumatismos en el área pélvica. La presencia de estas uniones puede afectar la movilidad y función normal del útero.
Este fenómeno es comúnmente observado en mujeres que han pasado por intervenciones quirúrgicas como cesáreas, legrados o cirugías para tratar endometriosis. Las adherencias pueden variar en tamaño y extensión, desde pequeñas bandas fibrosas hasta grandes tejidos que conectan el útero con órganos cercanos.
Es importante destacar que las adherencias al útero pueden provocar síntomas como dolor pélvico crónico, dificultad para quedar embarazada o complicaciones durante el embarazo. Sin embargo, en algunos casos, estas adherencias pueden ser asintomáticas y solo detectarse mediante estudios de imagen o durante una cirugía.
¿Cómo se quita la sinequia uterina?
La sinequia uterina, también conocida como adherencias intrauterinas, se elimina principalmente mediante un procedimiento quirúrgico llamado histeroscopia. Esta técnica mínimamente invasiva permite al especialista visualizar directamente el interior del útero y resecar las adherencias de manera precisa, restaurando así la cavidad uterina.
Durante la histeroscopia, se introduce un histeroscopio a través del cuello uterino, lo que facilita la identificación y eliminación de las sinequias. En algunos casos, se utilizan instrumentos específicos para cortar o desprender las adherencias sin dañar el tejido sano circundante. Este procedimiento suele realizarse bajo anestesia local o general, dependiendo de la extensión de las sinequias y la valoración médica.
Además del tratamiento quirúrgico, es común que después de la resección de las sinequias se empleen técnicas para prevenir su reaparición. Entre estas se encuentran la colocación de dispositivos intrauterinos temporales o la administración de hormonas para favorecer la regeneración del endometrio y evitar que las paredes uterinas vuelvan a adherirse.
